BROCHERO EL GRAN ACTOR Y GESTOR SOCIAL DEL SIGLO XIX EN TRASLASIERRA. Prof. Beatriz Tombeur
“Hay que arremangarse…”
Nuestro
país intentaba, no sin dificultades el logro de la organización nacional y en
l869, el Sr. Brochero – como lo llamara toda la feligresía- fue designado desde
Córdoba, como párroco en la Capilla de San Pedro Apóstol del Río de los Sauces,
en el Depto. San Alberto. (Banda Norte del Río).
Imaginemos por un momento, a aquel joven sacerdote enfrentado al enorme desafío de ser mensajero del Evangelio y soldado de Cristo, cuando trepó las moles comechingonas y desde lo alto, envuelto entre nubes, y ya cerca del cielo, contempló por primera vez el majestuoso valle de Traslasierra, dónde casi todo estaba por hacerse. .-
¿Qué impresiones habrán animado su espíritu, cuáles habrán sido las emociones que agitaron su corazón frente al desafío que se le imponía en su misión sacerdotal? El valle era por entonces una zona marginal de la provincia de Córdoba, debido sobre todo al aislamiento geográfico.-
Lo cierto es, que llegado a San Pedro, intentó con el dinamismo que caracterizaría toda su vida, renovar el templo, cosa que logró con apoyo de seminaristas que descansaban en San Javier, porque tuvo quizás alguna falta de apoyo en sus iniciativas, hecho éste que lo llevó ya en l871 a trasladar la sede parroquial a la Villa del Tránsito (hoy V. Cura Brochero) . En dicho lugar lo había precedido el Padre Aguirre y ahora él sería el gran impulsor de aquel pueblo.-
Imaginemos por un momento, a aquel joven sacerdote enfrentado al enorme desafío de ser mensajero del Evangelio y soldado de Cristo, cuando trepó las moles comechingonas y desde lo alto, envuelto entre nubes, y ya cerca del cielo, contempló por primera vez el majestuoso valle de Traslasierra, dónde casi todo estaba por hacerse. .-
¿Qué impresiones habrán animado su espíritu, cuáles habrán sido las emociones que agitaron su corazón frente al desafío que se le imponía en su misión sacerdotal? El valle era por entonces una zona marginal de la provincia de Córdoba, debido sobre todo al aislamiento geográfico.-
Lo cierto es, que llegado a San Pedro, intentó con el dinamismo que caracterizaría toda su vida, renovar el templo, cosa que logró con apoyo de seminaristas que descansaban en San Javier, porque tuvo quizás alguna falta de apoyo en sus iniciativas, hecho éste que lo llevó ya en l871 a trasladar la sede parroquial a la Villa del Tránsito (hoy V. Cura Brochero) . En dicho lugar lo había precedido el Padre Aguirre y ahora él sería el gran impulsor de aquel pueblo.-
El “Señor Brochero” con la fe puesta, en que el progreso civilizaría a los pueblos, tan aislados entregó su vida entera a la promoción social de los que nada tenían, a civilizar las costumbres, a dignificar el papel de la mujer – por entonces sumergida en la ignorancia- entendiendo que era la mujer quien debía formar a sus hijos y hacerlos crecer en el Evangelio y como ciudadanos, creando la primera escuela para niñas logrando que las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús, se hicieran cargo de tan grande misión.
Para ello fue necesario construir la Escuela y la Casa De Ejercicios Espirituales –desde 1974 monumento histórico nacional- impulsando el esfuerzo de la comunidad y poniéndose él a la cabeza de la tarea comunitaria, desde la fabricación de los adobes, “Hay que arremangarse” decía.-
Brochero, nuestro santo Cura, tenía una profunda formación jesuítica, y conocía cómo los Ejercicios Espirituales curaban el alma. De allí que dadas las peripecias, que suponían las largas caravanas de gauchos y criollos, hasta Córdoba, no desmayó en sus esfuerzos y tocando todo aquel bolsillo que generosamente hiciera su aporte, logró la Casa (l877) en el Tránsito. Su obra continúa, perdurable en el tiempo y en ella vive su figura. Pastor de almas, fue en busca de la oveja perdida, cuando se acercó a los gauchos caudillejos de la región para convertirlos, tal el caso de Santos Guayama, para quien solicitó un salvoconducto a cambio de que haría los ejercicios que lo apartaran de su vida nómade y llena de tropelías. Traicionado por los resortes del poder, para que le perdonaran la vida, a cambio de su conversión, Brochero lloró su muerte con angustia.-
El turismo tuvo en él su primer promotor, incitando a doña Anastasia Favre de Merlo para que diera alojamiento a los primeros turistas.-
Construyó acueductos, caminos, canales de riego; escuelas, bibliotecas y numerosos templos en todas las poblaciones del Valle.-
Aquél teólogo, formado en la austera y doctoral Córdoba de entonces, supo “abajarse” hasta el prójimo; se entonó con las costumbres, con el habla serrana, construyó sus propias parábolas para predicar la palabra de Dios y debió luchar con sectores conservadores que no comprendían los logros de su tarea.-
Amigo de gobernantes – el gobernador y luego presidente Miguel Juárez Celman fue condiscípulo en el Seminario de Loreto y los unía una profunda amistad-, supo tocar sus puertas para promover la calidad de las aguas, del clima, solicitar caminos y ferrocarril para la zona.- Gestionó además la visita del perito Moreno para estudiar las posibilidades económicas basadas en los recursos de la región.
En su mula “mala cara” recorrió miles de kilómetros llevando el Evangelio en el alma, la palabra y la acción cotidiana.
Miles son las relaciones y anécdotas sobre Brochero, pero deseo rescatar una, por ser verdaderamente significativa:
Desde Altautina- lugar que conserva junto a la Capilla- un cuarto humildísimo donde pernoctaba- arrastró hasta el Tránsito un pesado tronco de quebracho atado a su mula, y que sería la materia prima que dio vida al Cristo crucificado, con cara de gaucho sufrido, que preside la vieja capilla, de la Casa de Ejercicios. Un Cristo gaucho porque en esa imagen se reflejaba el alma de los paisanos que tanto amó.
Fue entregando su vida, más allá del dolor con que la lepra asaetaba su cuerpo, se fue descarnando poco a poco y cuando la ceguera le impidió seguir con su ministerio sacerdotal, vivió los últimos tiempos dando gracias a la Purísima, nombre que daba a la Madre de Cristo, y fueron sus últimos días, entregados a la oración y abandonado por muchos, dado el temor al contagio.-
Brochero, “un hombre de Dios para su pueblo”, supo que su vivencia del Evangelio no había sido en vano, cuando predijo “He podido pispar (pispear) que viviré siempre en el corazón de los serranos, puesto que la vida de los muertos está en el recuerdo de los vivos”.-
“ Que me hagan un cajón con madera de pino, como para que el carpintero se gane unos panes” (...) “que vendan el cáliz, el copón… y una vez reducidos a plata se lo den a los pobres para que un día siquiera puedan gastar a su albedrío, y ojalá les tocase de a cien pesos”. Lo mismo hagan con los libros: “El valor de algunos que vendan lo den a los pobres, en mi nombre, ósea por mi alma”.
(Fragmento de su testamento).
Todos los habitantes del Valle debemos unir manos y esfuerzos, para celebrar su Santificación. Debemos estar de pie para decirle al mundo que un Santo caminó nuestra región y que pedimos al Señor que impregne este Valle, el país y el mundo todo con su infinita piedad y amor al prójimo.-
“El Señor Brochero”, está vivo y toda Traslasierra tiene una deuda pendiente con su enorme alma que es simiente de fe, de esperanza y de Amor.-
2016, Prof.
Beatriz Tombeur
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